Cada uno es libre de pensar, hacer y vivir la arquitectura a su manera, pero pienso que el único camino para alcanzar una arquitectura eficiente y honesta al servicio de la humanidad es entender la forma como un resultado no como un condicionante.
Alberto Campo Baeza lo explica mucho mejor que yo en este texto correspondiente a su libro La idea construída (ISBN: 987-513-011-1) y que recomiendo encarecidamente:
"El servicio a las necesidades del hombre (Función), la respuesta adecuada al paisaje en que se incluye (Contexto), la racionalidad de su construcción (Construcción), la posibilidad de ponerla al alcance de todos (Economía), etc., deben ser cualidades de la creación arquitectónica. Pero supuesto lo anterior y como añadido gratuito, como regalo, la Arquitectura debe ofrecer al hombre ese "algo más", misterioso pero concreto, que es la Belleza. La Belleza inteligente que es consecuencia de unas obras que son ideas construidas. Algo más, mucho más, que la mera construcción."
Función, contexto, construcción y economía son las causas y la forma la consecuencia. En la medida en la que manejemos hábilmente estas cuatro condiciones alcanzaremos la belleza en nuestra Arquitectura. El dominio preciso de la Gravedad (Materia) y de la Luz (Tiempo).
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