Hay muchas formas de transformar un simple paisaje en arte, ya sea a través de la fotografía, de la pintura o incluso de la arquitectura. Un lugar aparentemente sin interés queda cargado de intenciones cuando el artista se fija en el y lo transforma. Hay miles de ejemplos: the Fallingwater House the Frank Lloyd Wright, the Farnsworth House de Mies van der Rohe o la playa de la Malvarrosa en Valencia que quedará ligada al nombre de Sorolla para el resto de sus días.
La propia naturaleza es arte y Walter de Maria lo sabía creando obras como la que os presento hoy aquí. The Lightning Field es una instalación en el desierto de Nuevo México consistente en 400 postes de acero inoxidable, de unos 6 metros de altura, clavados en el suelo a modo de pararrayos.
En medio de la nada, durante las grandes y frecuentes tormentas eléctricas de aquel desierto esos postes atraen a los rayos como si de un poderoso imán se tratase creando la continua metamorfosis del paisaje.
Un homenaje a los sentidos.
